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  • Foto del escritorEstrategia Mesa Ciudadana

Café con identidad de género

Actualizado: 12 oct 2021

Colombia se encuentra entre los primeros cinco países productores de café en el mundo, y es el primero en cuanto a la producción de café suave. Sin embargo, otro hecho por el que es conocido el país a nivel internacional, es el conflicto armado que azotó el país durante décadas. Pero esta historia gira en torno al café que, cultivado también por manos de mujeres, apuesta a la construcción de la paz.


Fotografía proporcionada por El Tercer Acuerdo

Una de las organizaciones armadas más conocidas de la violencia en Colombia es las FARC, la cual se originó en Marquetalia, ubicada en el corregimiento de Gaitania, en Tolima, Colombia, zona de café. Antes de su llegada, este lugar era habitado principalmente por los indígenas Nasa Wes’x y los caficultores de la región. No obstante, a raíz del surgimiento de este grupo armado, muchos fueron desplazados o se vieron afectados por los combates que se presentaban en el lugar.


En 1994 comenzaron los diálogos y encuentros para llegar a un acuerdo de paz entre los integrantes de las FARC y los indígenas Nasa de la región. Posteriormente, en 1996, finalmente lograron la firma del acuerdo. Según se presenta en varios periódicos nacionales que registraron el hecho, los indígenas tenían miedo, pues no sabían si el acuerdo sería cumplido por la contraparte. Pero tuvieron fé y lograron algo que el resto del país aún no había logrado.


Más adelante, en el 2016, hubo un acuerdo de paz general entre el gobierno de Colombia y las FARC, el cual facilitó que, en el 2018, los tres grupos principales de Gaitania (indígenas, caficultores y firmantes de la paz), crearan conjuntamente la marca de café El Tercer Acuerdo. Dentro del acuerdo de Paz, se estipulaba que en cada espacio territorial se debía crear una organización formal donde se desarrollaran los procesos productivos y económico-sociales, y en el caso del “ETCR Marquetalia el Oso, Cuna de la Resistencia”, se crea la Cooperativa Multiactiva Marquetalia por un Futuro Mejor (COMUMARFU).


En esta Cooperativa inician los procesos de reincorporación de los ‘Camaradas’, junto al apoyo constante del PNUD y el Consejo Nacional de Reincorporación. Entre los posibles proyectos nace ‘Café Marquetalia’, posteriormente, con la ayuda de un grupo del programa de diseño de la Universidad de Ibagué, la marca se denomina ‘El Tercer Acuerdo’, se constituye legalmente en las diferentes entidades nacionales y se vincula con la Asociación de Productores Ecológicos de Planadas, ASOPEP.


Esta marca de café nace como apuesta de paz, y su principal propósito es llevar su historia, a través del producto, a todo el mundo. Según comenta Fabio Lozano, de El Tercer Acuerdo, lo que más se valora en otros países es el trabajo con excombatientes, y la integración de mujeres, quienes ahora luchan por la paz. La identidad de género, representada en el producto de uno de sus asociados: “Café Mujer, nuestra voz” es un proyecto que capta la atención de la comunidad internacional.


"Nuestros productos", recuperado de: Página web El Tercer Acuerdo

La mujer se ha visto obligada a participar en la guerra que desangró durante décadas a Colombia. Son ellas quienes lloraban la pérdida de un hijo, un padre, un esposo o un hermano; quienes se veían obligadas a quedarse en casa escondiéndose mientras los hombres salían a defender sus ideales; quienes no tuvieron la oportunidad de recibir una educación primaria; quienes no tenían el mismo papel en la civilización, pero si la misma responsabilidad en la guerra. Pero son ellas mismas las mujeres trabajadoras, empoderadas y resilientes que hoy su territorio admira.


Muchos hombres reconocen que fueron las mujeres que en repetidas ocasiones les salvaban la vida durante el combate pues, en un acto de valentía, cargaban a los heridos en sus hombros para protegerlos, tenían conocimientos para practicar cirugías y hacer curaciones. Dentro del grupo armado, no les era permitido tener hijos, por esta razón, debían entregar a los recién nacidos en combate para que otros familiares los criaran. Ahora ,aparte de ser lideresas, también son madres.


Yuliana, lideresa de la comunidad, expresa que “los hombres que llevaron el país a la guerra, no son las mismas personas que llevarán el país hacia la paz”. Por eso es tan importante el papel de la mujer dentro de la comunidad, pues son quienes han tomado la delantera para reconstruir el tejido social del territorio. De aquí nace la identidad del café, de la mano de la mujer que lo ayuda a sembrar, y de la voz de la mujer que lo ayuda a vender.


La mujer fariana es principalmente campesina, que reconoce en carne propia el costo de la guerra. Son mujeres que trabajan equitativamente con sus parejas, las tareas domésticas también son repartidas de manera equitativa. En esta comunidad se pueden encontrar mujeres que quedaron en condición de discapacidad, como consecuencia de la guerra. Además de participar en la cooperativa, con apoyo de “ONG's" internacionales, fueron motivadas para luchar por la reivindicación del género creando una asociación llamada ASOMAPROSO que fundamentalmente está compuesta por mujeres, de manera que, paralelamente al trabajo con El Tercer Acuerdo, las mujeres desempeñan labores con su asociación.


Fotografía proporcionada por El Tercer Acuerdo

Leonoricel Villamil Toro es una de las concejales del municipio de planadas. Desde pequeña decidió trabajar en el ámbito social y humanitario describiéndolo como una de sus grandes pasiones en la vida. “Llegué a este Concejo en el 2011, y llevó tres periodos trabajando con la comunidad”. Su principal misión desde que llegó al Consejo de Planadas ha sido gestionar, para así lograr visibilizar a las mujeres del municipio a nivel nacional e internacional por medio de un proceso organizativo, el cual inició a finales del 2015.


Para leonoricel no ha sido un camino fácil, ya que tuvo que lidiar con un suceso que marcó y cambió su vida: el asesinato de su hijo y su hermano. Fue así, como ella decidió ponerse en los zapatos de todas las mujeres que han perdido a sus familias en el conflicto armado, “empezamos a hacer trabajo social y a mirar el daño causado a las mujeres y nos dimos cuenta de que eso ya no podía continuar”.


Así nació el espacio de interacción y ayuda con las mujeres del municipio, “Nos vinculamos y empezamos este proceso yendo a las veredas, organizándonos asociativamente, para así generar una participación activa por parte de ellas”.


Según Leonoricel, en la administración del Consejo Municipal cuentan con el consejo comunitario de mujeres, concejo territorial de paz, mesa de reconciliación y paz y comisión de identidad de género. “En el Consejo Municipal de paz están vinculados también hombres, somos trece concejales, doce hombres y una mujer, quienes hemos hecho un trabajo compartido”. Por otro lado, resalta que el municipio cuenta con un alcalde que le apuesta a la ruralidad y apoya a las mujeres del espacio territorial convirtiendo a Planadas en un municipio de resiliencia y de resistencia. Por otro lado, también son los primeros caficultores del departamento del Tolima, teniendo muchos factores positivos en la búsqueda de la igualdad y la lucha por los derechos humanos.


A pesar de los altibajos, Leonoricel proyecta para el municipio una mejor participación juvenil y, con ello, una mejor educación, con mayores oportunidades universitarias para convertir el territorio, con sus treinta y tres veredas, en una tierra de prosperidad y paz liderada por las mujeres que apuestan su vida a la reconstrucción del tejido social y a la construcción de una comunidad inclusiva y equitativa.


La marca El Tercer Acuerdo tiene como objetivo responder a un proyecto de género liderado por la mujer fariana. En el café se cuenta la historia de la mujer que siembra, cultiva, cosecha, procesa y vende un producto que apuesta a la paz.


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